El derecho a la salud reproductiva, inclusive la planificación del número y el espaciamiento de los hijos, es un derecho humano esencial. Las inversiones en servicios de salud sexual y reproductiva salvan vidas y las mejoran, frenan la propagación del VIH/SIDA y alientan la igualdad de género. Esto, a su vez, posibilita mayores inversiones en salud y educación, y contribuye a reducir la pobreza.
En Uruguay, el UNFPA apoya la provisión de servicios de calidad en salud sexual y reproductiva para que las personas cuenten con la más amplia gama de opciones para un ejercicio pleno y responsable de su sexualidad.