Todas las mujeres tienen derecho a tomar sus propias decisiones sobre maternidad con independencia de si tienen o no VIH. Una mujer con VIH puede trasmitir el virus a su hijo durante el embarazo (a través de la placenta), en el parto o por la leche materna durante la lactancia pero PODEMOS LOGRAR QUE NAZCAN SANOS Y LIBRES DE VIH.
Es importante que luego del nacimiento de tu hijo/a continúes con el tratamiento y con los controles médicos para mantenerte saludable también. El tratamiento contribuye a tener la menor cantidad de VIH posible en nuestro cuerpo. Seguir el tratamiento vale la pena.