El 7 de agosto se presentaron las Estadísticas de Género del año 2012, elaboradas por el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) a través de su Sistema de Información de Género, con el apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
Esta actualización estadística, que se realiza por quinto año consecutivo, tiene como objetivo evidenciar la situación de varones y mujeres uruguayas en diversos aspectos de la vida social, destacando aquellos espacios de desigualdad que pueden superarse desde la formulación de políticas públicas adecuadas y orientadas a la equidad de género, generacional y étnico-racial.
Datos destacados
Las mujeres representan el 52% de la población uruguaya. En Uruguay el tipo de hogar correspondiente a la categoría biparental con hijos/as de ambos continúa siendo el tipo con mayor frecuencia (25,8%). No obstante, se detecta que una proporción cercana está conformada por hogares unipersonales (23,3%).
La mitad de los hogares pobres presentan el modelo de proveedor tradicional (51,0%), o sea que el varón de la pareja trabaja remuneradamente y la mujer no. En cambio, en los hogares no pobres este modelo solo alcanza una cuarta parte (24.3%) y adquiere mayor peso el modelo de doble carrera, donde varones y mujeres dedican la misma cantidad de tiempo al trabajo remunerado.
Se observa un incremento en la participación de las mujeres en el mercado de trabajo respecto a años anteriores. Sin embargo, persiste una brecha muy importante entre las tasas de actividad y empleo de varones y mujeres. Asimismo, determinados grupos de mujeres continúan presentando importantes desventajas. Por ejemplo, la tasa de desempleo de las mujeres en hogares pobres es sustantivamente más alta que las de mujeres no pobres (21,3% vs. 6,6%).
Existe una mayor proporción de mujeres que no perciben ingresos propios en relación a los varones (15,7% vs. 6,2%). Esta situación se agudiza en el caso de las mujeres que viven en los hogares de menores ingresos. Los hogares ensamblados y monoparentales presentan porcentajes de mujeres sin ingresos propios menores en relación a los hogares de patrones más tradicionales (pareja sin hijos y biparental con hijos/as de ambos), sólo un 6,0% de las divorciadas y separadas no cuentan con ingresos propios, frente a un 21,0% de las que están en parejas (casadas y unión libre).
El porcentaje de mujeres que tienen ingresos laborales tiende a disminuir a medida que avanza el ciclo de vida del hogar. No obstante, existen diferencias sustantivas entre quienes viven en hogares pobres y quiénes no. El porcentaje de mujeres que viven en hogares pobres y tienen ingresos por trabajo remunerado –en relación a quienes viven en hogares no pobres- es menor para todas las categorías del ciclo de vida del hogar.