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29 may 2012. 
Especialistas proponen profundizar políticas de empleo, educación y cuidados

Hoy martes 29 de mayo, el Instituto Rumbos y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) dieron a conocer el libro “Jóvenes en tránsito. Oportunidades y obstáculos en las trayectoria hacia la vida adulta”, que ha contado también con el apoyo de la Dirección Nacional de Impresiones (IMPO).

 

En este documento especialistas en temas de juventud reflexionan sobre las transiciones de los jóvenes hacia su inserción en la vida adulta. En la actualidad lo jóvenes entre 15 y 24 años representan alrededor del 15% del total de la población. La importancia de la juventud para el desarrollo presente y futuro de la sociedad uruguaya va más allá del peso cuantitativo que este grupo etáreo tenga o vaya a tener con el paso de los años.

 

Como señala Pablo Mieres, “se trata de la existencia del capital humano necesario para conducir los procesos de desarrollo que el país transita y transitará”. Por ello, entender cuáles son las limitaciones, los obstáculos, las potencialidades y las oportunidades que existen hoy para la inserción juvenil en la vida adulta, se convierte en uno de los asuntos que deben ser abordados y analizados en profundidad.

 

En tal sentido, esta publicación presenta un conjunto de artículos que analizan, diagnostican pero, sobre todo, proponen y sugieren cauces de acción y propuestas concretas para favorecer el proceso de inserción de los jóvenes en la vida adulta de nuestro país. Por un lado, el trabajo de Verónica Filardo presenta un completo diagnóstico sobre las oportunidades y los obstáculos para la inserción de los jóvenes en la vida adulta; luego se analizan, en concreto, las diferentes situaciones y se examinan propuestas para mejorar las oportunidades de éxito en los campos de la educación (por Renato Opertti) y del empleo (por Verónica Amarante); finalmente Javier Lasida propone líneas de acción para la emancipación de los jóvenes considerando el conjunto de las dimensiones de la vida social.

 

Educación componente clave

 

El estudio de trayectorias a la vida adulta, elaborado por Verónica Filardo, analiza los cuatros eventos centrales en la transición (i.constitución de un hogar diferente al de origen, ii. ingreso al mercado laboral, iii.-salida del sistema educativo, iv. tenencia del primer hijo) y muestra claramente como la dimensión educativa concentra buena parte de las condicionantes que determinarán el éxito en la inserción en la vida adulta.

 

A continuación Renato Opertti presenta un profundo y exhaustivo análisis conceptual de la situación del sistema educativo. Utilizando experiencias aplicadas en otros países, propone poner al día el funcionamiento, la gestión y los contenidos curriculares de la educación uruguaya. Propone forjar un sistema educativo, concebido como un facilitador de oportunidades de aprendizajes, con diversidad de arreglos institucionales públicos y privados como gestores de las políticas educativas, y cuyo norte es democratizar procesos y resultados de aprendizaje que respondan de manera integrada a los retos planteados por las disparidades y diversidades. Propone también marcos curriculares comunes a los niveles inicial, primario y medio, con el objetivo compartido de contribuir al logro de una formación ciudadana comprehensiva que aborde la diversidad de situaciones en la vida.

 

Desalentadores indicadores de inserción laboral juvenil

 

En palabras de Verónica Amarante, en el capítulo de empleo, “la vinculación entre sistema educativo y mercado laboral se percibe como problemática y es el motivo de la principal tensión que enfrentan en la actualidad los jóvenes”. De hecho, el estudio señala inconsistencia entre la definición estadística de población en edad de trabajar (14 años), con la obligatoriedad de la enseñanza (desde la aprobación de la Ley de Educación hasta los 18 años) y la reglamentación de la edad mínima para el empleo (permitida entre 15 y 18 años previo permiso del INAU).

 

Realizando un análisis de las tasas de empleo entre 2000 y 2010, se observa que las tasas de empleo de los jóvenes fueron las que más cayeron durante la crisis económica de 2002 y también han sido las que más lentamente aumentaron con la recuperación económica. En 2010 la tasa de desempleo de los jóvenes de 15-19 años (28,3%) era cuatro veces superior al nivel de desempleo general (7,1%). Para las mujeres jóvenes el desempleo era aún mayor (36,8%.)

 

Amarante indica que en estos años la inserción al primer empleo se ha hecho más fácil y que el nivel de desempleo de los más jóvenes parece obedecer cada vez más a una mayor rotación, lo que indica la mayor precariedad laboral entre las personas jóvenes. Señala la necesidad de distinguir entre los jóvenes que además de no tener trabajo no estudian, ya que las distintas situaciones exigen políticas diferentes. Valora positivamente los cambios institucionales recientes, con la consolidación del INEFOP y del INJU, y propone además la necesidad de un diagnóstico detallado de las necesidades en términos de demanda laboral, el desarrollo de un sistema nacional de servicios de empleo, el desarrollo de normativas especiales para la contratación de jóvenes (por ejemplo, la fijación de salarios mínimos diferentes o contratos de menos costes).

 

El libro es parte de la colección que conjuntamente Rumbos y UNFPA han desarrollado en temas de población. Cada especialista discutió y compartió cada estudio con referentes políticos, institucionales y académicos en la temática en cuatro talleres que tuvieron lugar durante el 2011.

 

Se puede acceder al documento en la página web del UNFPA.

 

 

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