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El reverendo Carlos Támez, representante del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), parte del Comité Coordinador Regional de la sociedad civil Cairo+20 y más allá, nos cuenta cómo ve el proceso de implementación de Cairo y cuál es su mirada desde una organización basada en la fe, o OBFs, por sus siglas.

¿Cómo empieza el CLAI a trabajar los temas de la CIPD?
En 1998, después de cuatro años de aprobación de El Cairo, el CLAI empieza a trabajar estos temas con una reunión en Cancún México. Sin duda, trabajar la sexualidad ha sido un tema muy difícil, por ser tabú y, de algún modo, no se quería trabajar. Sin embargo gracias a la colaboración puntual con el UNFPA se sacó una publicación, con base teórica, que se agotó inmediatamente. En Honduras, por ejemplo, con juventud y comunidades de fe empezamos a trabajar el vih, pero nos dimos cuenta de que no podíamos ver este tema sólo desde la prevención, sino que está vinculado con otros temas: salud, masculinidades, igualdad de género, violencia basada en género, migración. Y fue así como empezamos a adentrarnos en la Agenda de Cairo. Cada año visitamos más comunidades como parte del acuerdo con UNFPA y nos hemos dado cuenta de que se ha generado una gran demanda.

En su opinión, ¿cuáles son lecciones aprendidas para vincular las OBFs en la Agenda Cairo?
Nosotros trabajamos con una estrategia para no llegar de frente con estos temas, dividendo el trabajo en varias áreas: fortalecimiento de capacidades, producción de herramientas prácticas, con fuerte base teórica, y trabajo con los líderes para que luego se genera una multiplicación. A través de un proceso de producción colectiva, producimos un material de incidencia para organizaciones basadas en la fe, ya que es importante dar herramientas para trabajar con jóvenes, con mujeres, con líderes religiosos y para los institutos de formación religiosa.

¿En qué momento se encuentra CLAI?
Hoy estamos en una etapa muy importante en la que estamos trabajando el tema de los derechos sexuales y reproductivos, un tema fuerte y que puede ser muy difícil, incluso para organizaciones de sociedad civil no religiosa. Estamos haciendo consultas nacionales sobre estos temas y en febrero de 2013, en Cuba, se presentarán los resultados a líderes y lideresas religiosas, para así validar la herramienta. Vamos a trabajar tres capítulos básicos del Cairo: mortalidad materna, derechos reproductivos y la igualdad de género, de modo que podamos reflexionar sobre estos temas hasta el 2014 y más allá.

¿Cómo explica a alguien de su comunidad por qué la CIPD es importante?
En estos espacios trabajamos con un lenguaje alto, político, diplomático y técnico, pero a las bases les traducimos estos a los temas de la cotidianidad, como son embarazo adolescente, violencia basada de género, cómo esto afecta a sus comunidades y cómo las comunidades de fe pueden incidir en el entorno local más inmediato para que se tomen políticas. De este modo, lo trasladamos a los problemas de las comunidades. En Cairo los sujetos están muy explicados (mujeres, jóvenes...) y así la gente puede entender Cairo el Programa de Acción de la CIPD desde sus propios lenguajes y, además, saben que hay un proceso y redes sobre Cairo+20 donde están presentes y activas las organizaciones basadas en la fe.

¿Cómo afrontan el proceso de revisión de implementación de la CIPD?
Nosotros estamos pensando qué va a suceder más adelante. En Quito (donde se reúnen representantes de los gobiernos de la región) tenemos que desarrollar un trabajo de incidencia. Ahí se va a construir una agenda y trataremos incidir y trabajar de cara a la nueva agenda después de 2014. Tengo la impresión que vamos a seguir el proceso más allá siguiendo los temas, ampliando la información... Seguiremos en la ruta de Cairo+20 y más allá.

Link a video en You Tube: http://www.youtube.com/watch?v=z3ffmgH6-DM