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24 jul 2012.

El pasado martes se presentron las últimas estadísticas sobre desigualdades entre hombres y mujeres en Uruguay con datos del año 2011. El material fue elaborado por el Sistema de Información de Género (SIG) del Instituto Nacional de las Mujeres del Ministerio de Desarrollo Social y cuenta con el apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).

Una perspectiva de género a la Reforma Social del gobierno
Por cuarto año consecutivo, Inmujeres con el apoyo del UNFPA, publica este repaso a la evaluación de las estadísticas de género con el fin de evidenciar la situación de varones y mujeres uruguayas en diversos aspectos de la vida social, destacando aquellos espacios de desigualdad que pueden superarse desde la formulación de políticas públicas adecuadas y orientadas a la equidad de género, generacional y étnico-racial.

En esta ocasión sus responsables ponen el foco en la necesidad de incorporar los desafíos como resultado de las desigualdades de género en la Reforma Social que lleva adelante el gobierno bajo el liderazgo del Mides y observan con especial preocupación las dificultades de mujeres jóvenes, rurales y afrodescendientes para acceder al mercado de trabajo. Todos los indicadores que se presentan en las Estadísticas de Género 2011 fueron calculados a partir de la Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística.

Desigual mercado de trabajo

Es en el acceso al empleo, clave para garantizar la autonomía económica de las mujeres, el ámbito en el que se encuentran las diferencias más significativas. Las mujeres presentan una tasa de actividad y de empleo veinte puntos inferior a la de los varones, y una tasa de desempleo significativamente superior. Las mujeres que residen en localidades con menos de 5.000 habitantes y zonas rurales presentan la tasa de actividad más baja (47,8) mientras que sus pares varones presentan la más alta (77,5). El desempleo afecta fundamentalmente a las mujeres de los hogares pobres (una de cada cinco está desempleada), el doble que los varones pobres y el triple de las mujeres no pobres. Para las afrodescendientes, la tasa de desempleo duplica a la de los afrodescendientes y es más de tres puntos mayor que la de las mujeres no afrodescendientes. Resulta realmente grave la situación de desempleo de las mujeres jóvenes entre 14 y 21 años, quienes presentan una tasa de desempleo de 27,3%, nueve puntos superior a la tasa joven masculina.

Las tareas de cuidados familiares parecen ser la principal razón detrás de estas diferencias entre varones y mujeres, ya que las uruguayas disminuyen su participación en el mercado laboral a medida que aumenta el número de hijos en el hogar. La tasa de actividad presenta 33 puntos de diferencia entre aquellas que no tienen hijos y aquellas que tienen tres hijos o más.

Como se había adelantado en años anteriores, la educación de nuevo no justifica las diferencias salariales: las mujeres con más de 16 años de estudios ganan casi una cuarta parte menos (un 23,9%) que los varones con el mismo nivel educativo. Los datos que se presentarán también apuntan que el mercado laboral es más exigente con las mujeres: el 23% de las mujeres ocupadas tienen nivel universitario o similar, frente al 16% de los varones.

La respuesta desde el gobierno

Los ministros de Desarrollo Social y de Trabajo y Seguridad Social revisaron algunas de las políticas, programas e iniciativas que se están llevando adelante para revertir esta situación. Olesker, manifestó que la actual Ley de Empleo Juvenil enviada al Parlamento, el Programa Jóvenes en Red, las medidas vinculadas con remuneración salarial, incluyendo en la negociación colectiva, la cláusula de género y su respectivo control para reducir esas desigualdades salariales entre hombres y mujeres son algunas de las políticas que desarrolla el Gobierno.

Afirmó además que las políticas sociales deben ir dirigidas a disminuir la brecha en la tasa de actividad porque el número de mujeres que trabajan disminuye cuando aumenta el número de hijos, en cambio la cantidad de hombres que trabajan aumentan. Destacó los avances en el sistema de cuidado infantil, la inclusión de cien Centros CAIF de INAU, el aumento de escuela de tiempo completo y las guarderías en el sector público, como otras políticas realizadas con el objetivo de disminuir desigualdades

Por su parte, el ministro de Trabajo Eduardo Brenta señaló que aún persisten dificultades de acceso de las mujeres al mercado de trabajo ubicadas fundamentalmente con el rol de las mujeres en la sociedad “básicamente tienen el cuidado de niños, personas con discapacidad ó adultos mayores”.

El jerarca detalló que la Inspección General de Trabajo realiza controles e inspecciones a empresas para que las personas que realicen iguales tareas no reciban salarios diferentes. “Para Uruguay la incorporación de la mujer en el merado laboral no es solo un problema de injusticia y de equidad, es un problema de derechos y de desarrollo económico. El sexo masculino ya ha llegado al techo histórico de desempleo, ahora se debe apuntar al recurso humano disponible que son 200 mil mujeres”, finalizó Brenta.