El recorrido que las mujeres uruguayas han tenido que transitar en su lucha hacia la igualdad ha sido lento y sinuoso. Sus derechos fueron históricamente relegados por el sistema sociopolítico y económico dominante y sus modelos tradicionales, coartando la autonomía física, económica, patrimonial y ciudadana de las mujeres.
En este recorrido, los movimientos sociales feministas y de mujeres han jugado un rol protagónico. La movilización social, la consagración de derechos a través de las leyes y las medidas de política pública marcan los hitos históricos hacia una mayor autonomía e igualdad de oportunidades entre mujeres y varones.
Los acuerdos internacionales y hechos nacionales han generado desafíos que permiten dar saltos cualitativos en nuestra historia en materia de no discriminación. Impulsaron nuevos ideales de justicia social y de reconocimiento de los derechos de todas las personas sin importar su origen, sexo, raza, etnia, edad, condición social, lugar de residencia o capacidad.
Las mujeres han debido transitar un largo proceso en la conquista de sus derechos, para que más de la mitad de la población pueda vivir una vida saludable, sin violencia; decidir sobre su cuerpo y su sexualidad libremente, elegir su destino educativo y laboral, y acceder a puestos de decisión en igualdad de condiciones.