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En los últimos años, el Instituto Nacional de la Juventud viene implementando un conjunto de políticas públicas de carácter tanto universalista como focalizado, que apuntan a fortalecer y proteger las trayectorias juveniles en tres ejes. En primer lugar, fortaleciendo las políticas de juventud y la perspectiva de ciclo de vida a nivel de todo el Estado; en segundo orden, apostando al fomento de la participación, colocando a las juventudes como agentes protagonistas de los cambios; y por último, reconociendo que no todas las juventudes son iguales y que en Uruguay tenemos un problema estructural de brechas sociales, se debe hacer foco en la situación de jóvenes vulnerados en sus derechos.

La gestión de los últimos años ubicó a las y los jóvenes como actores y sujetos de derechos con necesidades y demandas específicas de cuidado, protección y promoción de la autonomía y la emancipación. Esto implicó diseñar y ejecutar acciones de política pública que atiendan los requerimientos de las y los jóvenes, reconociendo brechas y desigualdades que aún persisten desde una perspectiva de género y generaciones.

Estos componentes que orientan el trabajo de INJU fueron definidos y encaminados en un esfuerzo institucional que llevó a crear el Primer Plan Nacional de Juventudes 2011-2015. El desarrollo de este Plan puso en juego un nuevo paradigma de políticas de juventud que parte de la necesidad de conceptualizar y mirar a las juventudes como actores protagónicos de la sociedad y del proceso de desarrollo nacional.

Posteriormente, con los mismos objetivos y bases conceptuales, se consolidó el Plan de Acción de Juventudes 2015-2025 como una hoja de ruta para las políticas públicas para dicha población, con una visión a largo plazo. El Plan pretende construir un escenario para lograr cambios estructurales y duraderos en la situación de jóvenes, y en las estrategias para abordar los problemas que las y los atraviesan. Para ello se definen áreas de acción que tienen por objetivo garantizar el ejercicio de sus derechos y propiciar su participación activa en la construcción de una sociedad más justa.

Esta publicación, que resolvimos denominar Punto y seguido, es justamente eso, un balance a mitad de camino, por un lado para relevar y rendir cuentas sobre el estado de situación actual, logros y avances de las acciones comprometidas y por otro, para identificar las acciones a seguir profundizando, los nudos críticos que aún persisten y nuevos temas relevantes.