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Rivera, Uruguay.- Valentina es una joven de 18 años oriunda del departamento fronterizo de Rivera en Uruguay, la cual limita con la ciudad brasilera de Santana do Livramento. Desde chica ha estado vinculada a la participación juvenil en distintas instancias nacionales e internacionales como el Consejo de Educación Secundaria, el parlamento juvenil del Mercosur y recientemente con actividades de juventud del Fondo de Población de las Naciones Unidas.

Acompañada de su inseparable mate y termo de agua caliente, Valentina salió a caminar a la plaza internacional (que divide a Uruguay de Brasil) y aprovechó para conversar con UNFPA Uruguay sobre algunos temas relacionados con el vivir en frontera y la participación de la mujer y los jóvenes en los asuntos públicos.

Viviendo y levantando su voz desde la frontera.

Nos pareció comenzar la conversación preguntándole ¿qué le ha motivado a participar en tantos espacios?, ya sentándonos en un banco y mientras se prepara un mate se detiene un minuto a pensar y nos dice: “a lo largo de los años, sin dudas las motivaciones cambian, pero hasta el día de hoy, el encuentro con otros y otras es lo que me motiva. Siempre entendí el hecho de participación como la oportunidad de incidir en la realidad, y eso es tremendo”.

Valentina nos cuenta que ha vivido toda su vida en Rivera y que su identidad está profundamente arraigada a su tierra: “lo mejor de vivir en este lugar es sin dudas el crecer en la diversidad, trascendiendo todo el tiempo los límites establecidos. Incorporar desde la infancia dos idiomas, dos culturas que se fusionan todo el tiempo y en esos encuentros cotidianos ir construyendo nuestra identidad”, dice.

En cuanto a las cosas por mejorar, nos describe las dificultades con las que se enfrentan los jóvenes en relación a los accesos al trabajo y a la educación, unos de los focos que a su juicio se deben atender en Rivera de la que también cree que, aunque se vive en un ambiente muy diverso, dista de ser una ciudad inclusiva, accesible y abierta a esa diversidad.

Estas preocupaciones fueron expresadas durante su participación en el lanzamiento del proyecto liderado por el Instituto Social del Mercosur y el UNFPA Juventudes y Fronteras en el MERCOSUR: ¿Cómo es crecer en la frontera? Asegurando que cada joven alcance su pleno desarrollo”.

Además de esta actividad, Valentina ha venido sumando su aporte en distintas actividades del UNFPA, el más reciente fue como facilitadora en el conversatorio “Las Juventudes dialogan con Naciones Unidas: miradas constructivas al mundo que necesitamos”. Respecto a la promoción de estos espacios de trabajo con jóvenes, Valentina vuelve a echar agua caliente al mate mientras afirma que “los y las jóvenes uruguayas siempre han tenido un rol protagónico en la construcción de ciudadanía, y siendo conscientes de esto, que una agencia como el UNFPA se comprometa a estimular la participación de las juventudes es sumamente valioso. Valoro la experiencia, y sin dudas también su continuidad”.

 

Valentina en la Plaza Internacional, lugar que divide a Brasil de Uruguay.

 

Ser mujer en Uruguay.

En cuanto a los avances que ha tenido Uruguay en torno a leyes que apunten a socavar la desigualdad y violencia de género, Valentina da una gran responsabilidad a la organización civil “gran parte se la debemos a los colectivos y organizaciones sociales que luchan y que han luchado por cambiar esta realidad social, todo esto marca un antes y un después en la sociedad uruguaya, un proceso que camina hacia una sociedad más igualitaria”, dijo.

A pesar de los alcances, Valentina nos dice con un tono bien enfático: “como mujer joven no puedo dejar de decir que aún falta mucho por hacer. Hoy vivimos en un país que, si bien cuenta con una ley contra la violencia de género, tiene números alarmantes de femicidios, mujeres asesinadas por la violencia machista, sin dudas un área a profundizar como sociedad y un deber de Estado hacer algo urgente”.

Las juventudes construyen el presente.

A una hora de presentar una evaluación por la plataforma de zoom, Valentina nos dice que debe irse, así que le pedimos algún mensaje para los jóvenes de Uruguay y de toda América Latina, sonriente y pensativa, inhala profundamente y dice: “más que reflexión un abrazo que llegue y alivie en este año en particular, de tanto cambio e incertidumbre en el que nos tocó ser jóvenes. Que de por sí, ser joven nunca fue una tarea fácil. A no perder ni las ganas, ni la utopía y tampoco no olvidarse de gritar de vez en cuando, y absolutamente todas las veces que sea necesario. Que no nos hagan creer que seremos futuro, que sí de algo sabemos las juventudes es de construir presente”.

UNFPA y las juventudes.

Se estima que en la Región de América Latina y el Caribe hay 165 millones de jóvenes que tienen entre 10 y 24 años, esto quiere decir que cada una de cuatro personas es joven.  En Uruguay hay 835.181 jóvenes, lo que significa que, al igual que la proporción regional, casi una de cada cuatro personas también es joven.

La Encuesta Nacional de Adolescencia y Juventud (ENAJ) es un estudio de alcance nacional impulsado por el Instituto Nacional de la Juventud (INJU) con el apoyo del Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). De las personas jóvenes consultadas en el estudio, El 88% declara haber participado alguna vez de distintos espacios o actividades, entre los que se encuentran: actividades socio-comunitarias o barriales, sindicales, movimientos estudiantiles, campañas por internet, marchas o concentraciones en la vía pública, entre otras.

En cuanto a la igualdad de género, existen cambios importantes en la opinión de las y los jóvenes en comparación a la encuesta realizada en 2013. En ese año, únicamente el 54% de las personas jóvenes estaba en desacuerdo con que criar a hijas e hijos es tarea primordial de las mujeres. En 2018 dicho porcentaje ascendió a 74%. Al considerar la afirmación “las mujeres deberían elegir carreras que no interfieran con su proyecto de familia”, el 51% de las personas jóvenes está en desacuerdo en el año 2013 y en el año 2018 dicho valor aumenta a 64%.